Cada vez son más adultos mayores que la sufren

Más de mil personas en la región reciben atención médica por Alzheimer y otras demencias

Desde el 2018, en el hospital San Pablo de Coquimbo funciona el primer Centro de Apoyo Comunitario para personas con demencia del norte de Chile, “Amancay”, el que a la fecha atiende a 50 pacientes de la comuna puerto.
domingo, 24 de septiembre de 2023 · 15:38

Hace unos meses, se estrenó la película “La Memoria Infinita”, un conmovedor documental que relata la historia de amor entre Paulina Urrutia y Augusto Góngora, una pareja que se ve enfrentada al diagnóstico de Alzheimer de él. Cada día, enfrentan esta prueba, reinventando su manera de conectarse entre ellos y con el mundo, aferrándose al amor, la ternura y la búsqueda de la felicidad en medio de la adversidad. Una realidad que queda en evidencia a través del cine, pero que refleja la vida de cientos de adultos mayores y personas con diagnóstico de Alzheimer que olvidan su propia historia, su pasado y hasta a sus seres queridos.

En la Región de Coquimbo, en promedio son atendidos más de mil personas con diagnósticos de demencia y Alzheimer, según explica David Díaz, terapeuta ocupacional referente de demencias del Servicio de Salud Coquimbo. “El grueso de la atención de estos pacientes está en la atención primaria de salud, donde se controla a alrededor de 950 personas, de acuerdo al último reporte a julio del 2023, pero se estima que más de mil pacientes se están atendiendo en la red en general”, explicó.

De acuerdo al profesional para abordar esta enfermedad es clave la detección y un diagnóstico oportuno, pero también a través de un tratamiento que contempla un trabajo con equipos multidisciplinarios y también con las familias y comunidades. “Ello porque las demencias en general son trastornos neurológicos, que se caracterizan por un deterioro en las funciones mentales por lo general pensando en la memoria, la atención y la concentración, y que repercuten en la vida cotidiana de las personas en sus actividades funcionales, como por ejemplo hacer las compras, llamar por teléfono o incluso, hacer las cosas más básicas como alimentación, vestirse o ducharse. Por eso va a ir requiriendo apoyo de personas cuidadoras. Entonces esta enfermedad no solamente tiene un impacto a nivel individual, sino también a nivel social familiar y comunitario”. 

El terapeuta ocupacional explica que muchas veces se normaliza el deterioro en las personas mayores. “Es importante identificar cuando es un olvido o una dificultad funcional normal, de alguna que puede ser patológica, y en esto es importante poner ojo cuando nos encontramos, por ejemplo, con olvidos cotidianos en las personas que dejaron algo guardado y después no se acuerdan dónde lo dejaron, o estaban haciendo una actividad funcional como por ejemplo cocinar, regar, planchar y de repente se distrajeron y dejaron esas cosas a medias y se les quemó la olla, se le inundó el patio o se les quemó la ropa. Esas cosas son importantes detectar cuando se presentan más de una vez, porque empieza a haber una cierta frecuencia de eso. Entonces ahí ya tenemos ciertas señales de alerta de que hay un cierto deterioro distinto al deterioro normal, que pueden tener un olvido cualquier persona ocasionalmente o podemos tener una respuesta más lenta a medida que vamos aumentando en edad”. 

Atención en el Centro de Apoyo  Comunitario para personas  con demencia

Valeria Vidal, geriatra del Hospital de Coquimbo y del centro Amancay de la comuna puerto, explica que existen distintos tipos de demencias degenerativas, donde el de tipo Alzheimer es la más frecuente, pero también existe la frontotemporal, cuerpo Lewy y demencias vasculares, entre otras, patologías que generalmente se presentan en adultos mayores, aunque también se presenta en pacientes jóvenes con antecedentes hereditarios.

“Si un paciente necesita visitas en el hogar, su atención variará según sus necesidades individuales. Algunos pacientes con trastornos conductuales pueden requerir un enfoque farmacológico o terapia ocupacional adicional. Otros, en cambio, podrían necesitar más apoyo para manejar el estrés del cuidador, lo que podría implicar visitas más frecuentes a su hogar. En casos de pacientes con limitaciones de movilidad o fragilidad, se implementarán estrategias específicas para garantizar su bienestar”, indicó.
Sumado a lo anterior la geriatra explica que además de la demencia generalmente los pacientes presentan patologías crónicas que deben ser tratadas. “La mayoría de nuestros pacientes son frágiles y tienen patologías crónicas como diabetes o hipertensión, entre otras. Controlar estas condiciones contribuye significativamente a mejorar su calidad de vida y su deterioro cognitivo”, explica.

Natalia Cuitiño, kinesióloga en el Centro de Apoyo a Personas con Demencia Amancay, se encarga de evaluar la salud funcional y biomédica de los usuarios en un equipo multidisciplinario. El trabajo es integral, abarcando áreas biomédicas, sociales, mentales y funcionales, con planes adaptados a cada caso y colaboración con las familias. “Yo me enfoco en dos grandes áreas: la biomédica, donde proporciono orientación sobre condiciones médicas y derivaciones a servicios de atención primaria, por problemas respiratorios, y el área funcional, centrada en la prevención de caídas mediante ejercicios, modificaciones ambientales y ayudas técnicas”, comenta.

La realidad de cuidadores y pacientes

Un caso de este tipo es el de Lorena Ugalde, quien cuida a su padre que fue diagnosticado con Alzheimer. “Mi padre empezó a olvidar las cosas, empezó a tener alteraciones, por lo que la neuróloga del Hospital de Coquimbo, nos derivó hace seis meses al centro Amancay para continuar con su tratamiento. Estamos súper agradecidos con la atención que nos han brindado. Yo, en principio, no tenía idea de cómo tratar con la enfermedad de mi papá y aquí nos han orientado. Los especialistas nos han entregado herramientas para poder cuidar a mi papá, entenderlo cuando se frustra o tiene ansiedad y lo mejor, es que hemos notado varios cambios en él”, señaló. 

Similar es el caso de Marta Ferrari, quien cuida a su mamá. Comenta que al principio fue un diagnóstico difícil de asimilar, pero que el centro ha sido fundamental para apoyar a su mamá.  “No es fácil, pero de a poquitito he aprendido a aceptar los cambios que mi mamá pueda presentar, el día a día y por sobre todo, si antes le daba amorcito, ahora le doy mucho más. Me he dado cuenta que tengo la paciencia suficiente, la tolerancia para poder sobrellevar esto y los mejores días para ella. Gracias al centro no nos sentimos solas en este proceso. Cuento con toda la colaboración del personal de acá, y eso es súper importante para poder sobrellevar esto”, explicó.

Gladys Vergara, paciente en etapa inicial del Centro Amancay, comenta que “desde que llegué al centro me he sentido bien, lo paso bien y me siento un poco más viva, me sentía muy encerrada en casa. Acá todo el personal es muy amable, a uno lo hacen sentir bien, nos acogen y nos tratan con cariño”, indicó.

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